Mentira piadosa o verdad dolorosa
Por Sergio Enríquez L
Cuenta la leyenda que un día la Mentira y la Verdad se encontraron en un río.
Entonces, la Mentira le dijo a la Verdad:
– Buenos días, doña Verdad
Y la Verdad, que no se fiaba mucho de su nueva amiga, comprobó si realmente era un buen día. Miró al cielo azul sin nubes, escuchó cantar a los pájaros y llegó a la conclusión de que, efectivamente, era un buen día.
– Buenos días, doña Mentira.
– Hace mucho calor hoy, dijo la Mentira.
Y la verdad vio que tal y como decía la Mentira, era un día caluroso.
La Mentira entonces invitó a la Verdad a bañarse en el río. Se quitó la ropa, se metió al agua y dijo:
– Venga doña Verdad, que el agua está muy buena.Por aquel momento la Verdad ya sí se fiaba de la Mentira, así que se quitó la ropa y se metió al río. Pero entonces, la Mentira salió del agua y se vistió con la ropa de la Verdad mientras que la Verdad se negó a vestirse con la ropa de la Mentira, prefiriendo salir desnuda y caminar así por la calle. La gente no decía nada al ver a la Mentira vestida con la ropa de la verdad, pero se horrorizaba al paso de la Verdad desnuda. (Anónimo)
¿Qué es la verdad?
Es la gran pregunta de la filosofía.
Se dice que la Verdad es la correspondencia entre lo expresado y la realidad. Para Tomás de Aquino, es la correspondencia entre un enunciado y aquello a lo que se refiere dicho enunciado. Para Chat GPT, la verdad se refiere a la correspondencia entre una afirmación y la realidad objetiva. Para Platón la verdad no era fácil de creer y una mentira noble resultaba ser una eficaz herramienta para amortiguar la realidad.
“Es verdadero aquello que es realmente”.
La verdad personal
Sólo los excéntricos y los mentirosos están interesados en la verdad. Los primeros por inquietud intelectual y lo segundos por poder. A la mayoría no le interesa conocerla pues puede provocar una experiencia dolorosa o abrumadora; el quiebre de la fantasía y la ilusión. Hay quienes no desean conocer la realidad de sus propias vidas y les resulta hasta terapéutico negar la verdad sobre ingratitudes, egoísmos, prosperidad, traiciones, suerte, amores, desamores, infidelidades, enfermedades, negocios, estafas, engaños, muertes y conspiraciones.
Imaginando que fuese factible soportarla, ¿querrías conocer la verdad? Toda la verdad sobre ti mismo, tus hijos, tu pareja, tus padres, tus amigos. Lo que son, sus secretos, como sienten, piensan y actúan. ¿Podrías aceptarla y seguir amándoles como a la fecha?
¿Qué haces con la verdad una vez que la conoces? ¿Qué haces con ella cuando te beneficia o no te conviene? Tal vez te asustas, cierras el libro y lo guardas. Apagas la TV, la radio y te tapas los oídos. Te avergüenzas. Te embriagas. Lloras. Te enojas. Vomitas. Corres. Respiras profundo. Golpeas el muro. Te trastornas. Piensas en morir o en matar. Culpas a terceros, te culpas a ti mismo. Te alegras, sonríes, respiras aliviada, festejas, brindas, te pones generoso, proteges, sigues con más ahínco y vas a la pelea hasta la muerte. A veces la proteges, la ocultas, la obstaculizas, la frenas, la niegas, la rechazas, la peleas, la diluyes o la metes al congelador hasta estar mejor preparado para afrontarla.
¿Acaso no te gustaría responder a esas preguntas de tu infancia? ¿A aquellas inocentes y estupendas preguntas que alguna vez te hiciste sobre porqué las cosas son como son y no son mejores? Conocer la verdad acerca del sentido de la vida, sobre Dios, sobre los valores morales, la historia, el verdadero significado del amor. La verdad sobre las religiones y las creencias, sobre la ciencia, el origen de la vida, la existencia de otras especies, sobre la muerte, sobre el inconsciente, el significado de soñar. Acerca de otras realidades, los milagros, la sanación, el verdadero poder humano, nuestro origen divino o artificial. Sobre las maravillas y las vilezas humanas, los horrores, los abusos, los secretos mejor guardados.
Asomarse a la desnuda verdad sobre la vida personal, desprovista de amortiguadores y justificaciones, sin duda es una empresa destinada solo para los valientes. Es difícil hacerlo. No deseamos saber la verdad de todo eso, es demasiado para una sola vida. Mejor quedarse en la manipulación de los sentidos y el disfrute de cada minuto. Disfruta la vida porque de verdad nadie quiere conocer a la verdad y puede muy bien quedarse en una siesta permanente hasta la hora de nuestra muerte, amén.
Creencias y verdades
Las creencias suelen ser previas a las verdades que las soportan. Hay creencias verdaderas y otras que no lo son, pero aun así siguen siendo las creencias que dirigen nuestros pasos. Generalmente, las creencias moran en el valor de su verdad, pero con frecuencia pueden subsistir no teniendo bases de comprobación verdadera. Por ello surge la ciencia, para buscar fundamentos positivos a las observaciones del mundo. Si bien la filosofía siempre fue el puntal de la verdad, la ciencia hoy es la cárcel donde se encuentra atrapada como un trofeo. Es la nueva religión.
Para J. Martínez, contemporáneo filósofo y gran amigo, la verdad se encuentra sobre valorada pues se trataría de un asunto más bien pragmático, el cual es buscar estabilidad en la vida.
A este respecto, las creencias dominan por sobre las verdades pues acomodan mejor la carga y la hacen más liviana o llevadera. Tal vez eso explique por qué se encuentran tan fuertemente arraigadas, independiente de si son verdaderas o no. Creer en algo es más subjetivo, es más moldeable que asumir una verdad que tal vez no sepamos / podamos encajar sabiamente. Si tu creencias generan incertidumbre puedes cambiarlas, total se apoyan en evidencias también cambiantes. Con esto quizás podamos entender que haya tan pocos buscadores de la verdad, ya que emprender dicho viaje implica aceptar una realidad con incoherencias no deseadas en el sistema de creencias y/o en los paradigmas que las apuntalan. De ahí que la verdad en su real magnitud no guste tanto.
¿Mentira piadosa o verdad dolorosa?
Apostaría a que le mentirías a un ser querido sobre algún asunto importante que le pudiera causar mucho dolor. Una infidelidad, una enfermedad, un engaño. Tal vez eres de esos que suele preferir la mentira amiga que nos protege, que la verdad cruda que nos amarga. Una mentirilla blanca, pequeña, inocente omitiendo la verdad nunca hace daño. O tal vez eres de aquellas que van con la verdad por delante, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Si eres de estos te comento que tendrás una corta existencia, especialmente si estás en la política, negocios o participas en alguna sociedad secreta.
La verdad no necesita que la cuiden ¿o sí?
Hoy disponemos de un ejército de custodios, pagados por embusteros atrincherados en los repositorios de la verdad y vestidos con sus ropajes. Son los revisores de datos, los fact checkers, costeados para “filtrar la verdad de la mentira”, la información de la desinformación, refrendar la versión oficial por sobre la incómoda réplica contestataria. Son las fuentes confiables y el lugar adonde van aquellos que desean verificar la veracidad de algo. Definitivamente algo no muy confiable. El gato cuidando la carnicería, el burro hablado de orejas, los mentirosos pontificando sobre la verdad.
Tal como en el libro de Orwell hoy ya no existe libertad de expresión, ni debate, ni posibilidad de disentir de la mentira sin ser desestimado o violentado por el sistema oficial, especialmente en las redes sociales. La protección de la verdad para mantener el poder, control y cumplir el mandato de la ambición se ha vuelto implacable. Ya existen ministerios de la verdad en algunos países. Se disiente de la verdad y se le llama desinformación. A la mentira se le denomina pos verdad.
Periodistas publican artículos argumentando que todo comentario fuera de la norma constituye desinformación proveniente de peligrosos antisistema que se deben eliminar de la faz de la tierra. Basados en que todos los negacionistas mienten, toda la información que ellos cuestionan es, por defecto, la verdad.
Las sociedades secretas protegieron y protegen verdades. La ocultan y solo está disponible para unos pocos, para los elegidos, los inspirados, los iluminados. El mundo no está preparado para conocer la verdad, dicen, pues sería desastroso. El resto solo debe vivir sus vidas creyendo verdades a medias que les mantengan suficientemente felices y obedientes.
Conclusión
- Primero ignoramos el mal
- Después permitimos el mal
- A continuación, legalizamos el mal
- Más tarde promovemos el mal
- Luego, celebramos el mal
- Finalmente, perseguimos a quienes siguen llamándolo el mal (y lo combaten).
(@Counterpropag20)
Podríamos cambiar “el mal” por “la mentira” y sería lo mismo de lo que estamos hablando. Y estamos hablando sobre cómo hemos sido engañados, porqué y por quienes.
Según la fábula del inicio ¿cuáles fueron los ropajes que la mentira le robó a la verdad? Sin duda la sinceridad, la confianza, la autenticidad, la honestidad, la coherencia, la fidelidad, la transparencia y, porque no, la ironía (de la existencia humana).
Si la verdad estuviera expuesta posiblemente la vida sería simple. Nada que ocultar. Nada de lo cual estar avergonzado. Transparente. Como aquellos aborígenes australianos que aún practican la telepatía, facultad posible, según ellos dicen, solamente porque se relacionan desde la pureza de sus corazones, sin nada que ocultar. Pueden leer sus mentes con la verdad personal adelante y libres de vergüenza.
Una reflexión nostálgica y fría. La verdad no es amorosa ni amable. No es cálida. No es subjetiva ni objetiva. La verdad exige un nivel de responsabilidad y disciplina que posiblemente no deseamos practicar. Responsabilidad y disciplina tanto sobre la propia vida como sobre el aporte personal que logremos en el inconsciente colectivo, desde la verdad.
Dicen que al morir uno se enfrenta a la realidad desprovista de sesgo subjetivo. Una verdad sin culpas ni penas. Aquella verdad que no pudimos / quisimos / supimos apreciar, aquella de nos dirá si volvemos a jugar o si pasamos de curso.
Este artículo vuela la cabeza, lo guardo para repasarlo un par de veces por lo menos.
Que la fuerza nos acompañe.
Saludos!!
Mi verdad no la creen los otros pero sigue siendo mi verdad
Me quedé impresionada, en tanto me vi reflejada… Gracias por la oportunidad de cuestionar mi verdad.
Realmente impacta , creo lo sabemos , me vi también reflejada , pues cada quien tiene su “verdad” de acuerdo al ángulo de la percepción …
Y cada uno tiene su propia verdad .
Un abrazo Sergito , Gracias !!